Ir al perfil del creador

¡Colega, tú has perdido el norte!

Me molesta malgastar mis escasos recursos de tiempo y energía en patochadas que no van a ninguna parte, en grupúsculos de zánganos que nacen, viven y mueren de la sopa boba o en ególatras psicóticos inmersos en una misión redentora de no sé sabe quién, ni por qué ni para qué. Pero la confluencia de patochada, grupúsculos y psicóticos en la matiné dominical del Magariños bien merece unos minutos de respiración zen. ¡Hummmmm!

Hay que estar enfermo para pensar (y decir) o para decir (y pensar) que “¡Hoy empieza todo!”. ¿Y qué pensará que habremos estado haciendo hasta hoy?, ¿tocar el violón? ¿Es nueva…, o le acaban de dar el remate? Con su sonrisa acartonada tiene una manera de faltar al respetable tan insultante como la del desalmado que la trató de marioneta. Y ella se dejó hacer… Aquel listillo quiso aprovecharse de su alma cándida, pero se ha topado con la parte oscura; creía conocer a una gallega ingenua pero no olió a la resabiada. No supo ver en la lechaza los colmillos de lobata que escondía.

A Yolanda, con mis inocentes ojos azules y una sonrisa de oreja a oreja, como aquella María de “la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta” que dio pasaporte a Joaquín Sabina, yo le diría: “¡colega, tú has perdido el norte!”.

He leído que hasta quince grupos políticos estuvieron representados por uno o varios líderes, ellos mismos enardecidos por el liderazgo de Yolanda y sus ambiciones: “¡Quiero ser la primera presidenta de nuestro país!”, alardeaba desde el púlpito. Y sonaron vítores, aplausos, jaleos y gritos de “presidenta, presidenta”. La paranoia del personal llega al punto de ponderar más el género que la especie, que aspire a presidenta-mujer más que prometa una presidencia capaz y benéfica para todos y todas. ¡Cuánto desnortado!

Iñigo Errejón, Ada Colau, Rita Maestre, Joan Ribó, ¡Alberto Garzón!, Mónica García (portacoz de Más Madrid), López de Uralde (un ecologista desfasado), Enrique Santiago (para quien la Pasionaria era aprendiz de caperucita) y muchos más conocidos en sus casas y sus barrios. Personajes en busca de autor, que, como los de Pirandello, existen porque les han creado pero pululan porque no les han dado un papel en la obra. Estos son sus apoyos y todavía hay quien se preocupa y teme que algún día el país acabe en sus manos…

Que se preocupe Yolanda Díaz. Sus pilares de hoy ayer apoyaban al PCE de Anguita, a Podemos o al PSOE y siempre a ellos mismos guiados por el olor de un cargo orgánico, un escaño o la sopa boba. Nunca sus manos podrán ser tan perniciosas como las de ese individuo que, presentándose como candidato del PSOE, entregó el Gobierno a los leninistas, los indepes y los herederos de ETA. Pero, mucho ánimo, ¡hasta los finlandeses quieren ser aún más felices!

Por último, prefiero reír y no llorar contemplando como mis colegas han comprado lo de “la izquierda del PSOE”. No soy capaz de entender, y por tanto de explicar, por qué para ellos Vox es la extrema derecha y esta gente es “la izquierda del PSOE”… O Vox es la derecha del PP o esta gente es la extrema izquierda. No pillo la sutil distinción de mejor calidad o menos extremismo de la ultraizquierda frente a la extrema derecha que refleja lenguaje tan sectario. Solo aprecio inconfesables ganas de dejarse manipular o, aún más inconfesables, ganas de manipular.